Sintoísmo y budismo

A diferencia de Europa donde el cristianismo desplazó a las tradiciones paganas locales, la religión nativa, el sintoísmo, ha seguido siendo parte de la vida del pueblo desde los primeros días en los que se organizó el Estado japonés hasta los tiempos modernos. Cuando entró el budismo en Japón en el siglo VI las creencias del sintoísmo y del budismo empezaron a interactuar.
De los 300 millones de budistas que existen actualmente en el mundo, alrededor de un tercio son japoneses. La principal función social del budismo en el Japón moderno está relacionada con los funerales; para los japoneses la muerte es la puerta de entrada al renacer. Por otra parte ser sintoísta es sinónimo de ser japonés, casi todos ellos pasan por un ritual sintoísta en algún momento de su vida: los recién nacidos son presentados en el santuario y las mayoría de las ceremonias matrimoniales son sintoístas.
Muchos japoneses consideran las prácticas religiosas de Japón como parte de la cultura nacional, más que una materia de creencia individual o fe. Pero aún así miles de japoneses todavía acuden a los templos para participar en oraciones, ceremonias y olvidarse del estrés cotidiano.